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Según un estudio de las Naciones Unidas, la producción de un sólo ordenador necesita 240 kilogramos de combustible fósil, 1.500 litros de agua y 22 kilogramos de productos químicos. La extracción de metales como el cobre, el platino o el estaño muy frecuentemente causan grandes daños ecológicos así como graves violaciones de los derechos laborales. Más adelante, cuando estos metales son procesados para convertirlos en componentes de los ordenadores, continúa la contaminación de aguas y tierras con cobre, níquel y plomo. 



Además, durante la producción se aplican sustancias altamente tóxicas como retardantes de llama bromados o disolventes. Son una amenaza ecológica para el medioambiente, así como un peligro para la salud de los trabajadores y de los habitantes de las zonas cercanas a las fábricas. Tampoco existe ningún remedio en absoluto para el grave problema de los e-residuos. 


Además de aumentar constantemente el número de usuarios de los equipamientos informáticos, los ordenadores antiguos se sustituyen cada vez con más rapidez por nuevos equipos. La industria tecnológica cada vez funciona más con frecuencias a muy corto plazo caracterizadas por la rápida adquisición y eliminación de hardware. 


A pesar de que se imponen cada día condiciones más estrictas para la reducción de contaminantes como la RoHS Guideline (Directiva de la Comunidad Europea para la restricción de las sustancias contaminantes), o la prohibición de exportar e-residuos, actualmente aproximadamente la mitad de los equipos usados, los denominados residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (en inglés equivalente a las siglas WEEE de “Waste Electrical and Electronic Equipment”) se envía a los países del Sur. Allí, en muchos casos, los aparatos se desmontan a mano y sin ningún tipo de protección sanitaria ni ambiental provocando graves consecuencias para los trabajadores y para medioambiente.


Se estima que en América Latina cada persona desecha 2 kg de equipos electrónicos por año. Sin embargo, las piezas y partes de equipos electrónicos en desuso no tienen por qué convertirse en basura ni en desechos. Con un adecuado manejo, tarjetas electrónicas, procesadores de computadores, baterías, cables y carcasas de plástico pueden servir como materia prima de nuevos equipos.

Desde el año 2000, la empresa Reciclametal (con base en Quito) viene trabajando en la recuperación y reciclaje de algunos de los materiales que en la mayoria de las computadoras están presentes en estos porcentajes aproximados: Acero y metales no ferrosos 40% a 70% , Cables y alambres 1.5% a 6% , Tubos de despliegue Hasta 6% , Materiales termoplásticos Hasta 20% , Mezclas de plásticos 1.5% a 6% , Materiales especiales (baterías, entre otros.) 0.3% a 0.5%.