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Muchos me han dicho que sueñan con lanzarse de un paracaídas.. Yo sueño lo mismo pero antes de eso quería cumplir otro sueño en el cual la adrenalina es la principal protagonista: VOLAR PARAPENTE. Por eso, a inicios de este año me fui para Crucita con un grupo muy especial que voló con la misma emoción que lo hice yo. Éramos un grupo con la misma meta o mejor dicho con el mismo sueño.



Fui la primera en colocarse el arnés de seguridad y hasta ese momento no asimilaba lo que iba a suceder. Realmente hasta ese momento puedo decir que me encontraba en shock… y es natural no? no se vuela parapente todos los días…

Y así fue como, de manera robotizada, me senté delante de mi instructor y simplemente escuché sus instrucciones de cómo íbamos a caminar hasta el filo de la loma para empezar a volar… Léase bien, empezar a VOLAR!!! Cuando nos lanzamos, al fin reaccioné y fue justo en ese momento que asimilé que estaba volando los cielos de Crucita y de un momento a otro me sentí la dueña de las alturas, sentí que era un pájaro al fin libre.. sentí como si hubiese esperado ese momento por siglos!!!

Cada vez que lo recuerdo, lo vuelvo a vivir una y otra vez porque definitivamente es una experiencia que no se olvida jamás. Y me pregunto como no hacerlo, si es uno de esos momentos donde finalmente te sientes libre, llena de vida, pero a la vez te sientes tan pequeño dentro de este inmenso mundo que nos rodea y del cual somos parte.. ver el inmenso océano, ver su hermoso paisaje (Crucita) rodeado de montañas, ver un atardecer que te conmueve el corazón… Sí, es justo ahí arriba, mientras vuelas, que sientes que la naturaleza te habla porque fue en ese preciso momento tan especial que la naturaleza me transmitió un mensaje muy importante: Tú y yo somos uno, somos creación divina y estamos hechos de lo mismo!!!

Crucita es un lugar hermoso. Sus 13 kms de playa la vuelve irresistible porque no terminas de ver su inmensidad. Su cielo azul, sus verdes montañas, el calor de su gente y sus atardeceres maravillosos la vuelven cautivante. Pero lo mejor es que te brinda todo el año la oportunidad de conocer tu lado aventurero, de vivir la adrenalina, de sentir un conjunto inexplicable de emociones volando un parapente.

No lo has vivido aún? Te mueres por hacerlo? No dudes, no lo pienses más.. cumple tu sueño al igual que yo y se tú también dueño de las alturas, dueño de los cielos azules de Crucita y deja que te hable y te toque el corazón como lo hizo conmigo…

María José Martínez.

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