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Amigas y Amigos queridas(os) : 


Hoy trataremos un tema delicado y digno de debatir con urgencia: La magnificencia del amor por nuestro suelo, donde vive y habita nuestro ser. Esperamos tocar el corazón de las mujeres que están atravesando por problemas de salud física y mental, debido a la enorme contaminación que ya nos está llegando hasta el cuello.

Nos enfocaremos en los factores en los que la mujer es clave para contribuir , en la disminución o erradicación de los elementos tóxicos que afectan tanto a nuestras familias como a la sociedad en general.

Se dice que el espíritu gobierna a la materia, y el papel que juega la mujer en materia de contaminación es detonante, ya que la mujer fue dotada de talentos especiales y un criterio sanamente analítico para orientar a los suyos como núcleo de la familia. Ella; madre, esposa y compañera; tiene la misión hermosa de concientizar a quienes le rodean, para cumplir esta ardua labor, no sólo de depurar la atmósfera terrestre, sino también el ambiente psicológico de sus seres más queridos, empezando desde casa.

Empezaremos señalando aquellos desechos tóxicos que salen por la cañería de nuestro hogar, teniendo a la cocina y al baño como los lugares claves, el cuarto de lavado de ropa que son los puntos más densos y de más urgente de atención.

En la cocina por ejemplo; muchas mujeres del mundo acostumbran vaciar en el lavaplatos, los residuos de aceites vegetales y grasas animales en los que cocinaron sus alimentos, sin siquiera imaginar que con un litro de aceite, se contaminan diez mil litros de agua.

Y el baño, ¿cuántas veces al día se baja la palanca del sanitario? o bién, ¿cuántos rollos de papel higiénico usado van directo al basurero municipal en una semana?

¿Y las prendas de vestir que lavamos con detergentes líquidos y polvos limpiadores, blanqueadores, desmanchadores, y suavizadores que en general no son biodegradables?

Este cúmulo de desechos químicos que corre por los drenajes de los pueblos chicos y las grandes ciudades del mundo van a parar a los ríos y los ríos desembocan en los mares y se unen a los residuos químicos de las grandes industrias con igual destino.

¿Y la contaminación del aire mis amigas?… ¿Cuántas de nosotras tenemos que tragarnos las bocanadas de humo del cigarrillo del compañero, de los familiares o vecinos y amigos fumadores, y a veces hasta de nosotras mismas? Y no conformes, algunas personas usan los llamados sprays o fijadores para el pelo que también contaminan por acumulación la atmósfera.

El hombre común de la tierra pues, ha olvidado de preservar la limpieza de su mundo, ha olvidado de limpiar su barca y su arca donde guarda sus tesoros más preciados de vida: Los bosques (fuente de oxígeno del planeta), la flora y la fauna. Ha creado inconscientemente clubes de caza y pesca, donde se les permite oficialmente acabar con las pocas especies de animales que aún nos quedan en la tierra. (nuestros hermanos menores).
¿Cómo podemos intervenir nosotras las mujeres para detener todo ese cúmulo de atropellos a nuestro mundo?. Si “se supone” que la mujer fue creada por Dios como una verdadera amazona y guerrera, capaz de hacer mucho por la humanidad, siendo un ángel de amor, de luz y de conciencia, pero también de sacrificio, capaz de alejar el dolor con uno sólo de sus besos, capaz de sembrar una esperanza con una sonrisa en el corazón humano. Desarrollemos pues amigas queridas todas, los sistemas de reciclaje; nuestra habilidad para cumplir cabalmente nuestra misión de SER MUJER, colaborando decididamente a la preservación de nuestro planeta, una esfera suspendida en el cielo, como lámpara gloriosa que alumbra nuestras vidas, y la vida de nuestros semejantes. No más dudas, miedos y angustias mujeres amigas, en nuestras manos está la solución. Somos libres para asumir o rechazar el compromiso de preservar la vida y darla en verdad a manos llenas, porque somos limpias, porque somos honestas, porque. ¡Somos mujeres…y en nosotras habita la belleza también de nuestra propia ecología interior!

Toda mujer es bella.



Artículo compartido por Doral de la Fundación Hari Granja Organica.
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