Una técnica innovadora para toda América, relacionada con la elaboración de figurines antropomorfos, fue la utilización del molde por parte de ceramistas pertenecientes a la cultura Chorrera del Ecuador. A partir de este invento, varias culturas indígenas ecuatorianas reprodujeron, en serie, estatuillas que representaban a personajes de rango que participaban sea en rituales shamánicos o en actos públicos.
Los figurines, que personifican a los líderes políticos y religiosos, sean hombres o mujeres, nos muestran que estos se preocuparon en adornarse profusamente: utilizaron pintura corporal y tatuajes.
Los personajes poseen, además, una variedad de adornos que indican su posición de rango y les sirvieron como emblemas de su acceso al mundo de los espíritus (Stothert, 2006). Efectivamente, los líderes andinos y americanos crearon la base de su autoridad a través de la manipulación de objetos que constituían símbolos de poder asociados a las grandes distancias y a lo exótico.
Así, utilizaron materiales como lapislázuli, turquesa, concha Spondylus, obsidiana, cristal de roca (cuarzo), esmeralda y otras piedras verdes, oro, plata y cobre, productos con significación espiritual, pues funcionaron dentro de un sistema de comunicación con el mundo paralelo de los dioses y los ancestros (Stothert, 2006).
La presencia de estos materiales es evidencia de que existieron contactos regulares entre representantes de pueblos del oeste de México, Centro América, Colombia, Ecuador y Perú. (lo cual, incluye la región amazónica de estos tres últimos países).
LA FUERZA VITAL DEL COSMOS: LA METALURGIA
En el pensamiento indígena ancestral, la fuerza vital del cosmos se expresó en los materiales que brillan, especialmente en los metales preciosos. Entre ellos, sobresale el oro, pues este evoca al Sol, que también fue uno de los pilares de la cosmovisión andina.
Por tanto, el resplandor del color de los metales era la principal muestra visible del poder, pero un poder de naturaleza simbólica. A diferencia de la metalurgia europea, que se desarrolló primordialmente con fines bélicos y utilitarios, la metalurgia precolombina del Nuevo Mundo se concentró en satisfacer necesidades de carácter espiritual (BCE, 1998).
Los orfebres de varias culturas dominaron las técnicas del martillado, fundido, laminado, repujado, soldadura, filigrana, incrustación, ensamblaje, etc.
Sobresale el trabajo de los orfebres de la Tolita (600 a.C – 400 d.C), quienes fueron los pioneros a nivel mundial en trabajar el platino y alearlo con el oro. Utilizaron un método muy particular: las partículas de platino, una vez separadas, eran mezcladas con un poco de oro en polvo. Esta mezcla era enseguida calentada y el oro en polvo se volvía líquido y penetraba el platino, mientras que una pequeña proporción de este metal se disolvía en el oro fundido.
El simbolismo del brillo y el color metálico persistió en el mundo andino hasta el momento de la invasión y conquista europea.
FUENTE: Ecuador: Hitos de su pasado precolombino. Santiago Ontaneda Luciano.