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Hueiya Alicia Cahuiya Iteca (Foto Plan V)
Testimonio de Hueiya Alicia Cahuiya Iteca (defensora de los derechos humanos y de la naturaleza), que se presentó en Washington D.C en la audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para denunciar las acciones del gobierno ecuatoriano en su contra.
 
Mi nombre es Hueiya Alicia Cahuiya Iteca, tengo 38 años y me identifico como mujer waorani de Ecuador. No tengo compañero permanente, él está en otra comunidad. Tengo cuatro hijos, el menor tiene ocho años y el mayor tiene 16 años. Nací en Yasuní, en la provincia de Orellana, en la comunidad de Gabaro. Actualmente vivo en la comunidad de Ñoneno. Crecí con mis abuelos y salí a estudiar, en donde conocí el mundo de afuera. Mi abuela me daba consejos y me dijo “tú debes regresar y defender a tú territorio, donde tú naciste, tienes que defender”.
 
Estudié hasta sexto grado con los misioneros, pero fui educada por mi abuela que me enseñó el uso de la medicina tradicional Así como la defensa del territorio. Luego regresé a mi territorio, donde habían construido una carretera a través del cementerio de mis abuelos. Yo quería ir a ver el cuerpo pero ya no estaba. Por esta razón empecé́ a trabajar, para defender el derecho de mis abuelos. Mi comunidad se encuentra en la selva lejos de la carretera y al lado del río Shiripuno, que está contaminado.
 
Empecé a participar desde muy joven, a los 16 años, en la Organización de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonía Ecuatoriana (ONHAE), organización conformada por tres provincias: Pastaza, Napo y Orellana. Aproximadamente hace 18 años, hombres, mujeres y niños salimos hacia Quito para marchar en rechazo de la explotación petrolera. Después salieron dirigentes hombres y firmaron con las petroleras y dividieron a la gente. Ellos quieren el desarrollo, mientras que quienes vivimos adentro no necesitamos ayuda pues con la selva tenemos todo.
 
En la ONHAE, los hombres tomaban las decisiones y las mujeres no podían tomar decisiones. Yo dije que podíamos formar una asociación de mujeres Waorani para administrar nuestro territorio, haciendo proyectos de artesanía, turismo, reforestación, siembra para las artesanías y educación ambiental. La creación de la asociación recibió́ el apoyo de todas las mujeres de las tres provincias: Pastaza, Napo y Orellana. Así nació́ la Asociación Mujeres Waorani de la Amazonía Ecuatoriana, AMWAE, la cual fundé y de la que fui presidenta. Cuando empecé́ en la ANWAE escuche la voz de los ancianos: “Alicia, tú tienes que decir basta de los petroleros porque ellos están contaminando”. Hay reducción de territorios. Ellos dejaron en mí sus voces.
 
A la mañana siguiente había una reunión en la NAWE de la cual yo no estaba enterada. En esta reunión, donde había periodistas y los dirigentes de la NAWE, me dijeron que había cometido un error, me insultaron y me dijeron que me iban a matar por no aceptar el petróleo en Yasuní. Me hicieron llorar. Yo defiendo porque es mi casa, porque es Yasuní donde yo nací, yo soy mamá, yo dejo sangre, doy luz a mis hijos. Ellos me dicen “tú tienes que callar, no hablar más” y yo dije “no me voy a callar porque es mi casa, más bien el gobierno nos debe una deuda”.En septiembre de 2013, me eligieron en una comunidad Keweiruno como vicepresidenta de la Nacionalidad Amazonia Waorani de Ecuador (NAWE). Me preguntaron cuál es mi posición; qué es seguir defendiendo nuestro territorio como lucha de la mujer. 
 
Ellos nunca me dijeron que tenía que aceptar la posición de la petrolera. Me dijeron que tenía que luchar para que no nos manden nuevas explotaciones. En octubre de 2013, estaba en la NAWE e iba a entrar a la comunidad de Keweiruno, pero me dijo el presidente que me quedara en Puyo porque no había espacio en el avión. Luego, a las ocho de la noche un representante del gobierno me recogió de sorpresa para ir a Quito, porque tenía que hablar en la Asamblea Nacional. Allí un delegado kichwa de Sarayaku (Carlos Viteri) me dijo “tienes que decir a todas las cosas que sí, en ningún momento tienes que decir no”, yo no sabía a qué tenía que decirle sí. Pasamos al discurso grande y era para estar a favor de la explotación del Yasuní. Al pasar enfrente de la Asamblea Nacional dije: aquí vengo a hablar de 40 años de explotación petrolera, que no ayudó nada. El gobierno tiene una deuda con nosotros, los waorani no somos consultados y estamos en contra de la explotación del Yasuní. Me mandaron de vuelta a Puyo muy rápido en el carro del gobierno diciéndome: “Alicia, rápido, váyanse a la comunidad en carro de gobierno”. En el carro durante el camino me preguntaban toda mi información, documento de identidad, dirección de casa, dónde paso, cuántos hijos, pero yo no les dije nada.
 
Mucha gente me habló, los jóvenes y los que trabajan para el gobierno, ellos hablaron muy mal de mí. Me dijeron que debía salir de la NAWE, que yo estoy en cargo bajo y que yo no podía entrar a realizar un trabajo como dirigente, me dijeron que acá́ debían trabajar los del gobierno y que debía pedir perdón. Me llevaron a la Gobernación en Puyo para que hablara. Yo no pedí perdón al gobierno, porque el gobierno debe consultar a todos los waorani mayores, jóvenes y niños en Yasuní. Yo dije que los ancianos me podían hacer daño pero yo no he hecho nada de malo.
 
Sentí que yo no voy a soportar y me fui para selva. Los ancianos me dijeron que sí estaba hablando bien al decir: “te apoyamos porque es la verdad”. Todas las comunidades de adentro me dieron el apoyo y me sentí más calmada. Todavía tenía temor porque me dijeron que me iban a llevar a la cárcel y que tuviera cuidado porque me van a vigilar a la casa. Mi mamá me dijo: “te pueden hacer mal a ti y a tus hijos, mejor salir de la organización, si sigues trabajando el gobierno te va a encerrar”. Como me están vigilando me metí a la casa. El gobierno sabe a qué horas salgo y a qué horas entro, yo estaba muy guardada y muy controlada, pero yo no estoy defendiendo sola, es para todo el pueblo waorani.
 
Durante el mismo mes, las mujeres waorani salimos de nuestras comunidades caminando, en canoa, en avión y nos encontramos en Puyo. Venimos caminando hasta Quito. Me dijeron que este gobierno me iba a hacer daño, que nos iban a tomar presas. Les dije si van a coger a una tienen que tomar a todas. Cuando llegamos a Quito había mucha gente, salimos en prensa, nos hacían entrevistas y salimos en los medios. Fuimos a hablar a la Asamblea Nacional y me llamaban al celular diciéndome: “Alicia, te van a coger presa”. Pero yo decía no he hecho nada malo, y ahí vino el temor: estoy sola, voy a cárcel y toda la gente me decía que a mis hijos los pueden matar y tenía miedo de lo que puede pasar. Las mujeres me decían “no estás sola”. No me dejaron entrar a la Asamblea Nacional porque iba a hablar mal del petróleo.
 
Venimos en bus de la marcha de las mujeres amazónicas. Vino la policía e hizo parar el bus. Preguntaban: “¿quién es Alicia?” y todas las mujeres decían: “soy Alicia”. El carro no dejaba pasar y fuimos caminando y la policía equipada, y los periodistas preguntaron por Alicia. Al siguiente día en Puyo donde arriendo un cuarto, el dueño de la casa me dijo que un carro del gobierno había venido para buscarme y le dijo que no podía entrar. Me sugirió́ que me fuera a la selva.. Estuve de viaje fuera del país, y al volver a mi cuarto en Puyo robaron mi computadora y mi cámara que había comprado. El dueño de la casa me dijo que no estaba seguro que yo podía vivir ahí. Los que robaron mataron al perro y dejaron un papel en el que decía: “cuidado con tu vida puedes morir”. Sigo viviendo en la misma casa pero pienso salir pronto porque ya identificaron que es mi casa.
 
En diciembre de 2014 estuve en Lima en la COP 20, queríamos participar pero el Gobierno llevó a compañeros de nacionalidades kichwa, zápara, andoas, shuar y waorani para que ellos nos representaran. Nosotros, que luchamos por nuestros territorios y fuimos en representación, no nos dejaron participar y nos enfrentamos con los compañeros. Ecuador estratégicamente llevó a las nacionalidades y promocionó que estaban ayudando diciendo que “estamos ayudando bien dando agua, vivienda, educación, salud”, pero ellos no están ayudando en verdad, no tenemos nada de lo que dicen. Cuando vine a Puyo de Lima, el presidente, Moi Enomenga, de la NAWE, me dijo que estaba acusada por que yo había organizado un paro de waorani y me dijo: “mañana te van a coger presa”, pero yo no estaba en el país cuando ocurrió́ el paro. Las compañeras me dijeron que no viniera a Puyo y yo me quede en la mitad de camino y ahí fue donde llevaron a los siete compañeros waorani presos por hacer paro contra la empresa de Petrobel, porque no estaban cumpliendo los compromisos que firmaron.
 
Yo estoy defendiendo a los pueblos taromenani porque si abren nueva carretera, se van a enfrentar entre pueblos waorani y taromenani y van a haber más muertes. Por eso queremos que no haya nuevos trabajos de explotación en los territorios de los taromenani porque la vida es importante para estos pueblos.
 
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