Por: Pier Luiggi Maquilón Lipari
A partir del 1 de Julio de 2011 en nuestro país se disminuyeron los subsidios en el consumo de energía eléctrica a los usuarios que consumían más de 500 KWh al mes.
A pesar de la oposición política infantil, la cual puso trabas e impulsó juicios en contra del Estado blandiendo el argumento de que con esa alza «los pobres de la Patria no podrían prender sus equipos de aire acondicionado» (favor aguantarse las risas hasta después de terminar de leer esta publicación) la política se dió porque se dió.
Los resultados:
– Inicialmente eran 78444 usuarios que serían afectados (2,43% de todos los usuarios). Al 31 de Julio, bajaron a 72000 (2.03%). Al 17 de Agosto, 70997 (2%).
– Hay clientes que siguen consumiendo por sobre los 500 KW/h mes, pero disminuyeron el consumo de luz. Se espera que la tendencia de disminución del consumo de energía eléctrica en el país continúe.
Los beneficios al ambiente:
– 8,2 millones de kw/h al mes que se evitan ser generados en un país en el cual el 49.66% de la energía eléctrica es generada a través de centrales térmicas.
Eso quiere decir que alrededor de 4,1 millones de kw/h son generados mediante la quema de hidrocarburos.
Las termoeléctricas del país utilizan diesel 2 para producir energía. La densidad de energía del diesel es de 17,63 Kw/h por Kg.
Al quemar 1 Kg de diesel se emiten 3,17 kg de CO2, principal gas de efecto invernadero (GEI).
Entonces, al evitar generar 4,1 millones de kw/h, se evita quemar 233 Toneladas de diesel, evitando la emisión de 737 Toneladas de CO2 cada mes.
Los beneficios económicos al país:
– Se redujo la generación eléctrica a 8,2 millones de kw/h al mes = 500000 dólares mensuales ahorrados por el Estado.
– Según el ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, si la medida no se hubiera implementado “estaba latente el riesgo de un aumento en la demanda de energía de 500000 dólares mensuales”.
Evitar el despilfarro de recursos es una consigna muy importante de los ecologistas.
La letra con sangre entra… y esta medida ha obligado a que los ciudadanos “tilicen racionalmente la energía y no la desperdicien”.
No ha disminuido el confort de los usuarios, simplemente para evitar pagar más (donde más le duele al ciudadano común) los afectados han tenido que usar con mesura el recurso energía eléctrica. “Los clientes recibieron el mensaje de ahorro de energía” indica el ministro Albornoz.
Esta medida ha tenido mayor impacto en la sociedad que muchos proyectos de sensibilización ambiental, un ejemplo de cuán importante es la intervención del Estado como guía para alcanzar un desarrollo sostenible.
Como ecologista aplaudo este tipo de iniciativas que invitan a abandonar malas costumbres de nuestra sociedad.