POR: Tizziana Russo
Desde una hamaca contemplo la noche
En la lejanía una estrella alumbra
Por encima el monte derrama un suspiro
Una soledad honda me visita y me abraza,
me amarra y muerde.
Anoche hubo infierno y también cielo
en donde hallè una mujer que lloraba y al hacerlo su dolor se hacìa lluvia
que mojaba mi piel.
Un hombre rezaba al Dios supremo en tono fràgil
Otra mujer comunicaba mensajes.
Mientras tanto yo, inmòvil,
como oruga de ensueño,
sudando en la quietud,
sintiendo mi respiraciòn cerca de las piedras y el olor a madera quemada,
pensando que el camino del espìritu debìa ser en silencio.
Que esas voces estaban lejos
y yo estaba en mì
desesperadamente silenciosa como esa noche.
Que fui nido en donde el tiempo deshilaba ligamentos
y podìa ver la cortina entre las cosas,
la maloka, el vientre que contenìa
un mar de sombras que danzaban en un cìrculo.
Mi espìritu seguìa tendido en la maleza
escuchando un poco el sonar de almas en el tambor del viento.
Presintiendo la làgrima en un tùnel,
aquel que se abriò en mi nido
corazòn de oruga
y de silencio,
derramàndose sòlo.
Señales es el tercer libro de Tizziana Russo, (colombo-inglesa). tizrusso@excite.com