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Al igual que otras especies marinas, las aves pueden ser impactadas también por la basura marina por problemas de enredo, ingesta y por la alteración de su hábitat.

El enredo
Los aparejos de pesca en el mar o en las playas son uno de los principales causantes del enredo de las aves, que pueden llegar incluso a inmovilizarlas completamente.

Según Greenpeace, existen registros de enredos en 56 especies de aves marinas y costeras, siendo los más comunes los pelícanos y alcatraces, seguidos de gaviotas, albatros, petreles y pardelas.

Estas aves pueden quedar enredadas por razones tan diversas como quedar entre los residuos que utilizan para tejer sus nidos. Con frecuencia se han encontrado aves con sus picos enredados, por lo que ya no pueden obtener sus alimentos ni alimentar a sus polluelos.

La ingesta de basura marina 

Las aves también son afectadas por este problema pues pueden ingerir basura (pedazos de plástico o metal) que confunden con alimento) o por la ingesta de peces que previamente hayan ingerido estos residuos (especialmente microplásticos).

Se estima que de las 312 especies de aves marinas al menos 111 han ingerido basura.
Luego de haber ingerido el plástico (y en los casos donde la ingesta no ocasionó la muerte inmediata por obstrucción del tracto digestivo) puede tomar entre 6 meses y dos años para ese plástico sea completamente degradado.

La acumulación de microplásticos en las aves marinas puede ocasionar: reducción de la masa corporal, reducción de la eficiencia digestiva, obstrucción de las mollejas, alteraciones hormonales.

Otros daños

La basura marina afecta también el hábitat de las aves, incluso puede llegar a cubrir zonas de anidamiento y no permitir la reproducción de esas especies.

La presencia de basura marina cerca de los nidos, expone a los padres y a los pichones a enredarse o ingerir esos residuos. Ésta puede llegar a cubrir totalmente lo que usualmente era un lugar habitual de reposo o anidamiento en las aves.

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