Las energías marinas pueden llegar a tener un papel fundamental en la reducción de las emisiones de CO2 a nivel global, por lo que impulsarlas y desarrollarlas es crucial para la mitigación de los efectos ocasionados por el cambio climático.
- La energía eólica marina (offshore), es la más desarrollada dentro del abanico de energías renovables marinas. Países del norte de Europa lideran el sector (Reino Unido y Dinamarca a la cabeza). Su principal ventaja es que el recurso aprovechable es mayor debido a que los parques offshore no tienen obstáculos que reduzcan la velocidad de viento.
- La energía undimotriz es producida por el movimiento de las olas. Existe múltiples prototipos debido a que la energía de las olas es muy irregular. Algunos están integrados en estructuras fijas en la costa (diques, rompeolas y acantilados) o fijos sobre el lecho marino. Otro tipo están más alejados de la costa y en aguas poco profundas y son estructuras flotantes o ubicadas sobre el fondo y también están los que están ubicados en aguas profundas (hasta los 100 metros).
Otros absorben la energía de la ola sea cual sea la dirección del oleaje. Con el movimiento de las olas el dispositivo se mueve de hacia arriba y hacia abajo, movimiento mecánico que es convertido después en energía eléctrica. (Absorvedores) y también está aquella tecnología que a través donde la ola induce un movimiento entre las secciones lo que activa un sistema hidráulico acoplado a un generador eléctrico.
- La energía maremotriz (por su parte) obtiene energía del ascenso y descenso del mar provocado por las mareas. Un depósito de agua a modo de embalse se llena durante la pleamar y se vacía con la bajamar, hasta que se alcanza una diferencia de nivel adecuada entre el mar y el embalse. A partir de este momento se hace pasar el agua a través de una turbina que genera electricidad.
Para que esta tecnología sea rentable a día de hoy se necesita un salto de marea superior a 5 metros, lo que sólo ocurre en lugares muy determinados. Además supone un importante impacto ambiental ya que las ubicaciones óptimas se encuentran normalmente en estuarios o bahías con una gran variedad biológica.
- Las corrientes marinas también son capaces de generar energía. La tecnología actual es muy parecida a la eólica marina pero en este caso los dispositivos se encuentran sumergidos. Se necesitan corrientes con velocidades entre 1 y 3 m/s para la rentabilidad de la instalación, lo que una vez más limita las ubicaciones para éste tipo de tecnología. Actualmente el mayor potencial se encuentra en el Reino Unido.
- Las tecnologías de Gradiente Térmico (Ocean Thermal Energy Conversion-OTEC) son capaces de aprovechar la diferencia de temperatura existente entre la superficie del mar y las zonas profundas, es decir, lo que se conoce como gradiente térmico oceánico. Se necesita una diferencia de temperatura superior a 20ºC, por lo que las regiones ecuatoriales y subtropicales son las más adecuadas para este tipo de energía.
Todo este tipo de proyectos, aún están en fase preliminar. Sin embargo, existen instalaciones experimentales en Hawai, India y Japón. Entre ellas destaca la plataforma flotante instalada en India en 2001 con una potencia de 1 MW. Dicha plataforma denominada Sagar shakti (en sánscrito, “el poder del océano”) fue puesta en marcha por el National Institute of Ocean Technology de la India y la Universidad de Saga (Japón). Está ubicada a 40 kilómetros de la costa de Tamilnadu y se trata de una plataforma flotante que utiliza agua recogida a 1.000 metros de profundidad.
Por último se encuentran las tecnologías de Presión Osmótica (también denominado Energía Azul) y Gradiente Salino.
La primera de ellas se basa en el fenómeno de la ósmosis, por lo que son capaces de aprovechar la diferencia de presión existente entre agua dulce y el agua salada para producir energía.
El grupo energético estatal noruego Statkraft ha inaugurado el primer prototipo en el mundo de éste tipo de tecnología, situado en el fiordo de Oslo.
En el caso del gradiente salino se obtiene energía por la diferencia de la concentración de sal existente entre el agua de mar y el agua de los ríos. Cuando el agua dulce se mezcla con agua salada se produce una liberación de energía que en teoría podría ser aprovechada.
Es importante reconocer el alto potencial de esta tecnología aunque se encuentra todavía poco desarrollada y su coste sigue siendo muy elevado.
FUENTE: OCEANA